martes, 8 de junio de 2010

LA COPA SE QUEDA EN CASA.. FRANCIA 1998

Si algo tuvo de trascendental el último mundial del siglo XX fue la magnífica exhibición de fútbol que ofreció en la fase final.

Las cuatro mejores selecciones del torneo fueron participantes de dos semifinales que quedarán en el recuerdo como dos espectáculos inolvidables. Croacia, con Davor Suker y Robert Prosinecki como protagonistas, cayó frente a los dueños de casa con su insigne conductor Zinedine Zidane y un afortunado Lilian Thuram que en una tarde inspirada anotó los dos primeros tantos de toda su carrera futbolística.

En tanto que el Scratch de Ronaldo se encargó de eliminar a la Holanda de Patrick Kluivert y compañía en un encuentro dramático e intenso de principio a fin, que se definió solo en la tanda de penales, en la que brillo el golero brasileño Claudio Taffarel.

El torneo presentó algunas novedades, como el aumento de 24 a 32 del número de participantes, así como la definición por gol de oro a partir de octavos de final. El primer tanto por esta vía lo marcó el francés Laurent Blanc ante Paraguay, una aguerrida selección que tuvo en su portero José Luis Chilavert a una figura de excepción a lo largo del torneo y que junto a sus compañeros brindó en ese partido una lección de coraje y amor a la camiseta.

José Luis Chilavert, líder de la selección paraguaya, protagonizó junto a su equipo una lucha conmovedora en octavos de final ante Francia. Derrotados con gol de oro, los paraguayos se fueron del certamen con la frente en alto.

Davor Suker, el goleador de Francia 98, condujo a la selección croata al tercer Puesto.


La final se jugó la tarde del 12 de Julio en el espectacular estadio de Saint Denis. Pero horas antes ocurrió un hecho insólito que influyó mucho en el resultado del encuentro: Ronaldo, la máxima estrella del equipo brasileño, sufrió una convulsión mientras descansaba en su habitación.

El ambiente de la concentración del Scratch se vio envuelto en un clima de pánico y nerviosismo horas antes de un compromiso crucial.

En la cancha, Ronaldo estuvo perdido y Brasil sintió su ausencia como nunca antes, lo que lo llevó a ser arrollado por una inspirada selección francesa que ganó 3 a 0 con toda justicia.

Zinedine Zidane, gran figura del mediocampo con su estilo sobrio y elegante, anotó dos goles de cabeza y condujo a su equipo a una victoria histórica, refrendada por un tercer gol de Petit con un gran contragolpe en los minutos finales.

Así, el seleccionado francés dirigido por Aime Jacquet dejó de ser un grande sin corona y se adjudicó su primera Copa del Mundo.






No hay comentarios:

Publicar un comentario