lunes, 21 de junio de 2010

PORTUGAL FUE UNA MÁQUINA DE GOLES

El equipo portugués fue una verdadera máquina de goles al humillar por 7 a 0 al seleccionado de Corea del Norte que resistió todo el primer tiempo apenas perdiendo 1 a 0. Fue recién en la segunda etapa que vino la caravana de goles del equipo dirigido por Carlos Queiroz. Hasta el momento la mayor goleada del Mundial Sudáfrica 2010.

Portugal salió convencido, con la convicción de que la victoria era obligatoria, y le dio un ritmo a la pelota de la que careció en la primera jornada ante Costa de Marfil.

Tras el mal debut en el partido ante los africanos, el seleccionador, Carlos Queiroz, cambió a tres jugadores del once titular y apostó por el jugador del Valencia Miguel en vez de Paulo Ferreira, Simao por Danny y Hugo Almeida en el lugar de Liedson, mientras que Tiago ocupó el puesto del lesionado Deco.

Corea del Norte cambió su enfoque ofensivo, pero volvieron a mostrar nuevamente sus problemas en los balones interiores y en el minuto 29, Tiago vio un espacio libre en la defensa y puso un balón para que un desmarcado Raúl Meireles abriese la cuenta del cuadro luso.

Ya en la segunda etapa, Portugal llegó de la misma forma al segundo y tercer tanto con goles de Simao y Almeida a los 53 y 36 minutos respectivamente, mientras que en el cuarto gol a los 60, Cristiano Ronaldo se escapó por la izquierda y pasó para que Tiago colocase el balón en el arco coreano.

El técnico portugués Queiroz no se conformaba con esta goleada, desde la banda pedía más a sus jugadores y en sus cambios apostó nuevamente por el ataque y volvió a ganar: Liedson marcó el quinto cuatro minutos después de saltar al campo.

Mientras que la estrella del equipo, Cristiano Ronaldo, dejó de preocuparse por anotar un gol para destacar y se dedicó a dar fantásticos pases a sus compañeros, que no siempre supieron aprovechar la ventaja de contar con uno de los mejores jugadores del mundo para ampliar la ventaja en el encuentro.

Sin embargo, en uno de esos intentos Ronaldo como todo buen jugador se las ingenió para probar un buen disparo lejano que terminó en el poste coreano quedándole solo sonreír ante su mala suerte con el gol.

Pero como el fútbol da revanchas y a veces estas son al instante, un cuarto de hora después Ronaldo se encontró sólo con el balón frente al arco rival, y luego de una pirueta con el cuello y algo de suerte, definió con tranquilidad para felicidad de todo el equipo y el público asistente al Green Point de Ciudad del Cabo.

El 7 a 0 fue obra de Tiago nuevamente a los 89 minutos, lo que terminó por desatar una alegría total en el cuadro europeo y los ojos del mundo que gusta el buen espectáculo. Siete goles que suponen el mayor triunfo portugués en un Mundial y una garantía de clasificación a octavos de final con un fútbol que debe asustar a cualquiera de las selecciones favoritas.
Christian Salazar.

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