Espectáculos sombríos, muy poco fútbol, un mayoritario miedo a perder, cientos de amonestados, y el menor promedio de goles de la historia de los mundiales, 2.21 por partido, fue el pobre saldo que dejó Italia 90, acaso el Mundial mas discreto de la historia.
En el partido inaugural, Camerún sorprendió venciendo 1 a 0 a Argentina, el campeón vigente. Luego de derrotar a Rumania y de eliminar en octavos de final a Colombia, protagonizó el mejor encuentro del torneo al caer 3 a 2 ante Inglaterra.
En el partido inaugural, Camerún sorprendió venciendo 1 a 0 a Argentina, el campeón vigente. Luego de derrotar a Rumania y de eliminar en octavos de final a Colombia, protagonizó el mejor encuentro del torneo al caer 3 a 2 ante Inglaterra.
A pesar de su eliminación, los “Leones indomables” fueron, junto con la propia Colombia y Costa Rica, las alegrías de la Copa.
Italia miró atrás en el tiempo y retornó al ultradefensivo sistema del “catenaccio”, dejando al goleador Schilacci, héroe de los azzurri, como único hombre en punta.
En Argentina hubo otro hombre fundamental, un jugador de excepción que condujo a los rioplatenses a la gran final: el portero Sergio Goycochea, que en pleno Mundial reemplazó a Nery Pumpido, lesionado en el segundo partido de los albicelestes ante la URSS.
En los encuentros decisivos ante Yugoslavia e Italia que se decidieron en la tanda de penales, Goyco fue providencial con sus atajadas y le dio la clasificación a su equipo. Aquel encuentro entre argentinos e italianos se disputó en la ciudad de Nápoles, que vivió una gran controversia por ver enfrentarse a su país con el equipo de su gran ídolo Diego Armando Maradona.
En la otra orilla, Alemania vencía a Inglaterra también por penales y se volvía a repetir la final de México 86.
En Argentina hubo otro hombre fundamental, un jugador de excepción que condujo a los rioplatenses a la gran final: el portero Sergio Goycochea, que en pleno Mundial reemplazó a Nery Pumpido, lesionado en el segundo partido de los albicelestes ante la URSS.
En los encuentros decisivos ante Yugoslavia e Italia que se decidieron en la tanda de penales, Goyco fue providencial con sus atajadas y le dio la clasificación a su equipo. Aquel encuentro entre argentinos e italianos se disputó en la ciudad de Nápoles, que vivió una gran controversia por ver enfrentarse a su país con el equipo de su gran ídolo Diego Armando Maradona.
En la otra orilla, Alemania vencía a Inglaterra también por penales y se volvía a repetir la final de México 86.
Sin grandes emociones y muy pocas llegadas en ambos arcos, la final fue una enorme decepción. Lo peor de todo fue que se decidió con un penal dudoso anotado por Andreas Brehme a cinco minutos del final. La selección germana, capitaneada por Lothar Matthaus y dirigida desde el banco por Franz Beckenbauer, pudo celebrar el tricampeonato mundial, mientras que invadido por una profunda tristeza, Maradona rompía en un llanto conmovedor tras recibir la medalla de subcampeón.
Italia 90 pasaría a la historia como un torneo sin brillo ni color.
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