El equipo argentino clasificó a cuartos de final tras vencer a una escuadra mexicana que comenzó bien las acciones pero se vio afectada por un error garrafal de su defensa y un fallo arbitral que sentenciaron su eliminación de la competición.
La albiceleste se medirá ahora con Alemania en una reedición de las finales del 86, la última que ganó Argentina, y la del 90, que ganaron los germanos, ambos equipos encabezados en el campo por Diego Armando Maradona, actual técnico argentino.
La albiceleste se medirá ahora con Alemania en una reedición de las finales del 86, la última que ganó Argentina, y la del 90, que ganaron los germanos, ambos equipos encabezados en el campo por Diego Armando Maradona, actual técnico argentino.
Argentina logró la clasificación en un partido en el que se llevó un premio demasiado grande ante un equipo mexicano que le dio batalla en todas las zonas del campo, pero que pecó de inocente a la hora de buscar la portería adversa.
La escuadra sudamericana volvió a mostrar que su potencia en ofensiva es un arma temible que oculta las carencias que pueda tener el equipo en otras líneas.
La escuadra sudamericana volvió a mostrar que su potencia en ofensiva es un arma temible que oculta las carencias que pueda tener el equipo en otras líneas.
Veinte goles encajados en los siete últimos encuentros, diez de ellos en el Mundial, son una estadística demoledora para quienes sacan cuentas a un equipo acusado de no defender bien, pero cuya portería sólo ha sido vencida en dos ocasiones.
Para los mexicanos la suerte no estuvo de su lado, seria la polémica del primer gol argentino el que acabaría con el buen juego que venían desempeñando los del “Tri”. Esa jugada cambió el signo de un partido que hasta ese momento estaba equilibrado, por no decir algo inclinado del lado mexicano.
Fueron los verdes los que habían dispuesto hasta ese momento de las mejores ocasiones. Carlos Salcido estrelló un balón en el travesaño a los 8 minutos y Andrés Guardado rozó el palo derecho de Romero al siguiente.
Pero a poco que los de Maradona fueron mejorando. Lionel Messi comenzó a hacer acto de presencia, el peligro cambió de lado. Y frente a los amagos verdes llegaron los golpes albicelestes.
Como de costumbre el rosarino estuvo en el origen del primer tanto, gracias a una asistencia magistral a Tévez, que se estrelló con Pérez. El balón rebotado cayó en las botas de Messi, que le saca provecho a todo y que se inventó una vaselina a la cabeza de Tévez. En fuera de juego el atacante del Manchester City envió el balón a la red. El asistente no levantó la bandera y el árbitro concedió el tanto.
La repetición en las pantallas gigantes del estadio sembraron la duda en el asistente, que avisó al árbitro de su posible error. Pero el italiano Roberto Rosetti no cambió su decisión y el tanto subió al marcador.
Las protestas y verse abajo en el marcador sacaron a México del partido. Márquez vio una amarilla y el equipo, hasta ese momento bien plantado en el campo, se desdibujó.
Producto del desconcierto mexicano fue el segundo tanto albiceleste, nacido de un error de Osorio, que dejó el balón franco a Higuaín, que esquivó a Pérez y marcó su cuarto tanto en el Mundial, lo que lo ubica como goleador del mundial Sudáfrica 2010.
Argentina se marchó a los vestuarios con la tranquilidad del premio obtenido con tan poco esfuerzo y México agraviado por verse con tantos golpes inmerecidos. La frustración mexicana se transformó en pelea a la entrada de los vestuarios.
La salida de Pablo Barrera por Adolfo Bautista en el descanso dio más profundidad a la "Tri", que abrió el campo por la banda izquierda y dio trabajo a la defensa albiceleste.
Pero México siguió careciendo de ideas ofensivas y, cuando parecía que podía poner en peligro a la defensa argentina se encontró con el tercer gol, otro golpe directo nacido de la nada, de una genialidad de Tévez, que en la medular del área se revolvió para sacar un potente derechazo que encontró la escuadra de Pérez.
Pero México siguió careciendo de ideas ofensivas y, cuando parecía que podía poner en peligro a la defensa argentina se encontró con el tercer gol, otro golpe directo nacido de la nada, de una genialidad de Tévez, que en la medular del área se revolvió para sacar un potente derechazo que encontró la escuadra de Pérez.
El partido estaba sentenciado y Argentina se dedicó a circular el balón mientras México agonizaba en su propia impotencia.
Fue cerca al final que tras una buena jugada de Javier "Chicharito" Hernández, demostrando fuerza y talento entró en el área para anotar con un fuerte disparo que venció al meta Romero.
Así culminó un partido del que se esperaba mas emociones por parte de ambos, y en el que a los mexicanos les faltó algo que a los argentinos les sobra, la picardía y el oficio para salir adelante en estos partidos.
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