En el duelo más esperado de la primera fase, el que aglutinó más renombre en el terreno de juego, realzó el equilibrio entre dos candidatas, Brasil y Portugal, abocadas al empate para sellar su presencia en octavos de final sin necesidad de contemplar el otro duelo del grupo.
Ninguno salió triunfador en el encuentro. Con un arranque intenso en el primer tramo, que decayó paulatinamente hasta ser presa del esfuerzo y del conformismo que indica el resultado a cero, esperarán ahora a sus rivales de octavos de final entre los que pueden estar España, Chile y Suiza.
El inicio prometía un gran partido. Brasil quiso imponer su autoridad desde el principio. A pesar de tener amarrada la clasificación, no hubo relajo para el cuadro de Dunga, que sorprendió en su formación inicial sin Robinho en el ataque.
Fue la única precaución adoptada por el técnico sudamericano, al margen de las alteraciones forzadas por tarjeta o lesión. Ese fue el caso de Kaká, que cumplió con su partido de suspensión y su lugar correspondió a Julio Baptista, o el de Elano, que con un golpe en el tobillo derecho no jugó, siendo sustituido por Dani Alves. Igualmente Dunga premió a Nilmar poniéndolo como titular debido a su buen desempeño en los entrenamientos.
Carlos Queiroz hizo jugar a Pepe por delante de la defensa para frenar el centro del campo rival. El madridista volvió a los campos ante Brasil. Seis meses y trece días después de su lesión con el Real Madrid en el estadio de Mestalla, con una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha.
El inicio prometía un gran partido. Brasil quiso imponer su autoridad desde el principio. A pesar de tener amarrada la clasificación, no hubo relajo para el cuadro de Dunga, que sorprendió en su formación inicial sin Robinho en el ataque.
Fue la única precaución adoptada por el técnico sudamericano, al margen de las alteraciones forzadas por tarjeta o lesión. Ese fue el caso de Kaká, que cumplió con su partido de suspensión y su lugar correspondió a Julio Baptista, o el de Elano, que con un golpe en el tobillo derecho no jugó, siendo sustituido por Dani Alves. Igualmente Dunga premió a Nilmar poniéndolo como titular debido a su buen desempeño en los entrenamientos.
Carlos Queiroz hizo jugar a Pepe por delante de la defensa para frenar el centro del campo rival. El madridista volvió a los campos ante Brasil. Seis meses y trece días después de su lesión con el Real Madrid en el estadio de Mestalla, con una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha.
Brasil amarró el balón con un ataque atrevido. Portugal se resguardó atrás, a la espera de recurrir a la velocidad de su ataque para poner a prueba a Julio César. En esto lideró la situación Cristiano Ronaldo, acompañado del atacante del Zenit San Petersburgo Danny y Fabio Coentrao.
La tensión en el juego se sentía. Sobre todo en el centro del campo. Cinco tarjetas amarillas antes del descanso reflejaron lo serio de la situación. La última para Felipe Melo, al que Dunga prefirió retirar para evitar situaciones innecesarias.
Luis Fabiano fue una amenaza constante para el meta Eduardo, que se mantuvo de la mejor manera en cada momento. Un disparo y un cabezazo posterior, a centro del lateral Maicon, que salió cerca del palo, avisaron a Portugal.
Nilmar tendría una clara opción de gol, cuando ganó la espalda a su par y remató al palo. Un tiro de gol si no hubiera sido por el desvío de Eduardo.
Dos incursiones de Ronaldo cambiaron la cara al partido a la vuelta de vestuarios. Se sumó Simao, que entró por Duda, con un buen disparo que paró Julio César.
El meta del Inter Milán creció ante el ataque luso. Fue decisivo en la ocasión del partido. Una gran acción de Ronaldo, que tras deshacerse de Juan fue interceptado por Lucio. El rebote fue a parar a las botas de Raúl Meireles, que disparó en carrera hasta que una mano de Julio César abortó la acción.
Los minutos finales dejaron ver un partido decaído del todo. El balón circuló una y otra vez por el centro del campo, sin destino claro, adormecido en el tiempo y haciendo sentir las pifias del público. Solo sobresaltó al final, con un disparo postrero de Ramires, desviado por Coentrao, que sacó con una mano el portero Ricardo.
De esta manera Brasil y Portugal hicieron el negocio con el empate, y clasificaron como primero y segundo del grupo G respectivamente, esperando ahora a sus rivales de octavos.
De esta manera Brasil y Portugal hicieron el negocio con el empate, y clasificaron como primero y segundo del grupo G respectivamente, esperando ahora a sus rivales de octavos.
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